La travesía del Estrecho de Gibraltar es una de las de mayor demanda entre los atletas del mundo y debe cumplir con una serie de normas para que este nado en aguas abiertas quede registrado de manera oficial a nivel internacional. Es por ello que la atleta mexicana tuvo que aguardar durante 6 años en lista de espera y llevar a cabo este desafío en modalidad de tándem junto a otros tres compatriotas: Mónica Ramírez, Cynthia Aguilar y Carlos Franco, nadando simultáneamente, pero cada uno estableciendo, como objetivo personal, su propia marca individual.

Para cruzar la frontera marítima que une al Océano Atlántico con el Mar Mediterráneo, partieron de Tarifa, una punta geográfica ubicada en Cádiz, para llegar a Tánger, Marruecos, en un nado de 2 Hrs. 43 Min 04 Seg. El tiempo estimado para este cruce era originalmente entre 4 y 5 horas.

En un comunicado emitido hoy, 12 de julio, la Asociación Cruce a Nado del Estrecho de Gibraltar (ACNEG), oficializó el Récord Mundial Femenino impuesto por la duración de este nado bicontinental, superando el marcaje que la alemana, Nathalie Pohl, de 21 años, registrara en 2016.

La ACNEG también comunicó que el tándem también se convirtió automáticamente en récord de menor tiempo de travesía logrado por atletas mexicanos.

Aunque la distancia en línea recta entre el punto de salida en España y la meta en Marruecos es de 14.4 kilómetros, en la experiencia práctica nadaron un total de 15.3 kilómetros debido a las variables de las corrientes marítimas que les fueron arrastrando por momentos y el esfuerzo de recuperar el rumbo hacia el destino.

En todo momento contaron con la supervisión y soporte de su entrenadora deportiva, Nora Toledano, desde una embarcación dotada de personal profesional para cualquier contingencia y para documentar oportunamente la hazaña minuto a minuto.

Durante la crónica de su experiencia, PATRICIA GUERRA cuenta que, al tratarse de un cruce muy demandado por atletas nadadores de todo el mundo, tuvo que aguardar durante 6 años en lista de espera para enfrentar este reto. “Una vez en el muelle de partida, en Tarifa, nos informaron que las condiciones meteorológicas eran adecuadas pero que el mar estaba presentando fuertes corrientes y olas”, recuerda. “Sólo el mar tenía la última palabra”.

Abriéndose paso con sus brazos y piernas entre dos continentes, durante la primera hora ya habían recorrido 5 kilómetros. Durante el siguiente tramo, “vi que había delfines nadando por debajo y eso me indicó que se trataba de una buena señal”. La logística de abastecimiento de alimento de hidratación y energéticos para la atleta, se modificó a cada 45 mins, ya que de no ser así perderían rumbo debido a las corrientes. “Fue en el tercer abastecimiento que pude ver la costa marroquí a lo lejos”.